Nos preparamos para la zafra otoño-invierno en un contexto climático marcado por la neutralidad del fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Ha finalizado la fase fría (La Niña), que durante la primavera de 2024 y el verano 2024-2025 generó déficits temporales de lluvias. En algunas regiones, como el sur del Río Negro, esta situación fue más marcada, con una incipiente sequía entre noviembre de 2024 y parte de marzo de 2025.
Actualmente, bajo condiciones de neutralidad en el Océano Pacífico, es importante prestar atención a otros factores globales que pueden influir en el comportamiento del clima. Uno de ellos es la Oscilación Antártica: cuando presenta fases positivas, puede favorecer el ingreso de masas de aire muy frías o polares. También será clave el seguimiento de la Oscilación de Madden y Julian (MJO), un pulso de inestabilidad que recorre el planeta cada 40 a 50 días y puede influir en la frecuencia de lluvias o periodos secos en nuestra región.
¿Qué se espera para los próximos meses?
Para lo que resta del otoño y el invierno 2025, se espera que tanto las precipitaciones como las temperaturas se mantengan dentro de los promedios normales para cada mes. Las temperaturas medias irán descendiendo gradualmente, como es habitual en esta época, a medida que se retiran las masas de aire tropical y avanzan las de origen polar.
En cuanto a las lluvias, también se espera una distribución normal para la estación: entre 50 y 70 mm mensuales en el litoral oeste y norte, y entre 100 y 150 mm mensuales en el sur y este del país, reflejando el patrón habitual de invierno.
Un aspecto a considerar desde ahora son las heladas. Los pronósticos indican que, en general, se mantendrán en valores normales para la época, con una frecuencia algo menor a lo habitual en el norte del país. Para lo que resta de abril, no se prevén heladas meteorológicas, es decir, temperaturas mínimas iguales o inferiores a 0°C.
Aunque el Pacífico se encuentra en estado neutral, el calentamiento sobre las costas de Ecuador y Perú podría, a través de conexiones atmosféricas, favorecer la formación de sistemas de baja presión (ciclogénesis) sobre Uruguay o zonas cercanas. Estos sistemas suelen generar dos o tres días de inestabilidad, con lluvias y vientos fuertes, incluso con ráfagas de temporal.
En resumen, el panorama climático para la zafra 2025 es en general positivo, con condiciones normales esperadas entre abril y junio. Sin embargo, es importante mantener el seguimiento de la evolución del clima global. Si bien actualmente estamos en una fase neutral, algunos pronósticos preliminares sugieren una posible tendencia hacia una nueva fase fría (La Niña) para la primavera 2025-2026, algo que se irá confirmando en los próximos informes a medida que se actualicen los datos.
José María Rodríguez
Asesor meteorológico